Arturo José Castillo Máchez, nacido en Tupí, caserío cercano a Churuguara el 19 de febrero de 1946, el quinto de trece hermanos, a fines de los 40 su familia se traslada a Paraguaná y su infancia transcurrió en Campo Shell (hoy Comunidad Cardón).
Recordaba con añoranza los años compartidos con maestros y compañeros de la Escuela Nicolás Curiel Coutinho y el Liceo Mariano de Talavera, mostrando siempre una deferencia especial a estas instituciones educativas; él decía que era serrano por nacimiento pero paraguanero de corazón.
En 1962 ingresa a la Academia Militar y egresa en 1966 como Teniente del Ejército venezolano, sus años de formación reforzaron su admiración a Bolívar y otros héroes de la patria, caracterizándose por la vitalidad de sus convicciones, tan profundas como el amor a la familia y a la patria que sirvió hasta el final de su jornada en la misma.
Se destaco en diversas actividades relacionadas con su profesión y su nacionalidad, ya que el ser venezolano representaba para el Coronel un compromiso que honro con sus actos y su pensamiento; cabe destacar que en 1992 fue nombrado Agregado Militar a la Embajada de Venezuela en la República de Ecuador; en el 2009 viajo a Europa y participo activamente en la reactivación de las Sociedades Bolivarianas en Portugal y España. Desde el 2006 se desempeño como Presidente de la Sociedad Bolivariana de Venezuela y de la Federación Internacional de Sociedades Bolivarianas.
Bolivariano por convicción, en el 2010 cristaliza dos sueños: la celebración del 10º Congreso Mundial de Sociedades Bolivarianas en la ciudad de Caracas en el mes de abril y la juramentación de la Sociedad Bolivariana del Municipio Carirubana en su amada Paraguaná el 29 de octubre.
17 de abril de 2011, obedeciendo a una ley natural, su alma viaja al encuentro de los que amó y anticiparon su partida, gracias por su legado, por sus enseñanzas, por su amistad y por la confianza depositada en la Sociedad Bolivariana del Municipio Carirubana, nos animo, nos vio nacer y ahora será la estrella que ha de guiarnos en nuestro crecimiento y consolidación.
Es muy difícil decir adiós a nuestro preceptor, en nuestras mentes y corazones queda su mensaje y un hermoso recuerdo de su paso en nuestras vidas, usted nos abrazó con la firmeza y la sinceridad de sus ideas, fusionó su sueño con el nuestro hasta convertirlo en realidad; plantó su huella en la Sociedad Bolivariana y contribuyo a la formación de generaciones de relevo; llego al final de una jornada terrena, su jornada celestial recién comienza, es dolorosa su partida y por eso unimos nuestras voces para decirle: HASTA SIEMPRE QUERIDO CORONEL.
Lcda. María G. Urbina G.
PRESIDENTA SOCIEDAD BOLIVARIANA MUNICIPIO CARIRUBANA