“La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso… …renovemos en el mundo, la idea de un pueblo que no se contenta solo con ser libre y fuerte, sino que además, quiere ser virtuoso”.


Simón Bolívar

Angostura, 15 de Febrero de 1819.

domingo, 3 de febrero de 2013

Primer Simposio de la Sociedad Bolivariana del Municipio Carirubana - Febrero 2013

El Viernes 15 de Febrero del año en curso, con motivo de celebrarse la Semana Bolivariana; tendrá lugar el Primer Simposio de la Sociedad Bolivariana del Municipio Carirubana. Dicho encuentro educativo está dirigido a docentes, estudiantes universitarios de carreras que involucren las ciencias sociales, así como a todo aquel ciudadano que tenga interés por la investigación histórica de la vida, obra y pensamiento del Padre de la Patria, Simón Bolívar.  




El Primer Simposio de la Sociedad Bolivariana del Municipio Carirubana, tendrá lugar el Viernes 15 de Febrero en el salón "Alí Primera del Instituto Universitario de Tecnología "José Leonardo Chirino" de Punto Fijo de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. entre los temas que se tratarán, se encuentran: 

  • El Discurso de Angostura como ideario político de El Libertador.
  • El Libertador y la Masonería.
  • Fase conservacionista de Simón Bolívar. 
  • Anécdotas y Curiosidades en la vida de El Libertador.
  • Exposición de imágenes del Padre de la Patria.
  • Estudio de la iconografía del rostro de El Libertador, con énfasis en la reciente reconstrucción facial.


La actividad comprenderá seis horas académicas, con un tiempo posterior para preguntas y respuestas y se otorgará certificado de asistencia. La entrada es COMPLETAMENTE LIBRE y las inscripciones serán el mismo día del evento a las 8:00 a.m.  Para mayor información, puede escribir al correo electrónico: sociedadbolivarianamc@gmail.com o comunicarse por los teléfonos 04141692589 y 04162652832.-

domingo, 10 de junio de 2012

Los Salias

La Sociedad Bolivariana del Municipio Carirubana en su interés por la divulgación de nuestra memoria histórica y como aporte a la formación de nuestros jóvenes paraguaneros; lleva a ustedes parte de la investigación que sobre el 19 de Abril de 1810 y sobre los hermanos Salias, publicó en 1891 Don Aristides Rojas, pionero de la investigación historiográfica venezolana. 
LOS SALIAS
Arístides Rojas (1826-1894)

“Había salido el capitán general Emparan del Ayuntamiento, en la ma­ñana del 19deabrilde 1810,y se encaminaba hacia la Metropolitana, cuando la juventud de Caracas, que aguardaba verlo preso, juzgó el lance perdido.

El gobernador había logrado evadir con astucia la lógica del Ayuntamiento, y libre de la intriga, tiempo tenía para reflexionar. Al pasar con su séquito frente al cuerpo de guardia de la esquina del Principal, nota que el oficial y soldados no le hacen los honores, lo que contestó el gobernador con una mirada de reproche. Este incidente motivó que la concurrencia que llenaba calles y plazas se apercibiese de algo desconocido, y era que el oficial, ame­nazado por su procedimiento y lleno de temores, después de haber obe­decido la consigna de los revolucionarios: "Me han dejado solo pero sabré comprometer a todo el mundo. Conmigo serán juzgados cuantos me asegu­raron que todo estaba listo".

 Esto fue lo suficiente para que comenzaran los gritos de al cabildo, al cabildo, los cuales se repetían inconscientemente por todas partes. Eran los gritos lanzados por los Salías, Ribas, Montilla, Jugo y demás revolucionarios que, como espectadores, estaban apostados en dife­rentes sitios de la plaza real. En estos momentos Francisco Salías atraviesa la plaza con el objeto de alcanzar al gobernador, antes de que éste entrara a la Metropolitana. Comprendió el joven que si Emparan, ya apercibido, obraba con entereza, desde el templo, todo podía fracasar, y por esto quiso detenerlo. Ambos llegaron en el mismo instante a la puerta del templo. —Os llama el pueblo a cabildo -le dice Salías impidiéndole la entrada. — Será más tarde -contesta Emparan.
     Os llama el pueblo a cabildo, señor, y los momentos son muy apre­ciantes. Os llama el pueblo a cabildo -repite Salías, con ademán sereno.
Eran los momentos en que los gritos se redoblaban y llegaban a oídos de Emparan, ya preocupado.
—Al cabildo, señor -le repite Salías.
—Vamos, pues, al cabildo -contesta Emparan.

El gobernador había notado que al acercarse Salías, el cuerpo de guar­da situado cerca de la puerta mayor del templo quiso hacer los honores al Primer Mandatario, y el oficial Ponte había ordenado lo contrario. Este incidente, que se repetía por segunda vez, y el ademán imponente de Salias  le obligaron a retroceder.

De mil maneras ha sido repetido este incidente de Salías, causa i mediata de la vuelta del gobernador al cabildo. Cada historiador lo relata a su modo, lo que amerita estudiar el suceso a los ojos del criterio histórico y de la sana razón, y despojarlo así de toda exageración o ca­lumnia con que hayan querido mancharlo los enemigos de la revolución hispano-americana.
"Al poner el Gobernador el pie en los umbrales del Templo -dice el historiador Díaz- lo alcanzó Francisco Salías, que había a carrera atrave­sado la plaza: le tomó por el brazo, le puso un puñal al pecho y le intimó a que volviese al ayuntamiento".
"Al poner el pie en los umbrales del templo le alcanza el desaforado Francisco Salías, le asesta un puñal al pecho y le intimida el regreso al ayuntamiento".
Esto escribe el historiador español Torrente:
"Salió para la Catedral con el cuerpo de cabildo; pero al llegar a la puerta de ésta, le agarró de un brazo un Salías, que acompañado del pueblo y con gritería, le obligaron a volver a la Sala Capitular". Así habla el oidor Martínez, en la narración que escribió desde Filadelfia, referente a los varia­dos incidentes de la revolución del 19 de abril de 1810.
Ducoudray-Holstein, en su Historia de Bolívar, pone en boca de Salías dos discursos: uno al llegar el gobernador a la puerta del templo, y otro cuando torna al cabildo, en el cual pide aquel en términos insultantes, la deposición del intendente Anca, odiado de la población, y enseguida el arresto de la Audiencia Real, etc., etc.

El relato de Baralt y Díaz es muy lacónico. "En este instante varios grupos de conjurados reunidos en la plaza, cierran el paso a la comitiva de Emparan, y un hombre llamado Francisco Salías agarra a éste del brazo y grita que vuelva con el cabildo a la Sala Capitular".

Restrepo, el notable historiador de Colombia, dice: "Estaban ya a las puertas de la iglesia, cuando varios grupos cierran el paso, y avanzando atre­vidamente un hombre llamado Francisco Salías, toma del brazo al Capitán general y le intima que vuelva con el Ayuntamiento a la Sala Otros escritores asientan que Salías despojó al gobernador deJ bastón que llevaba; es decir, dejó éste de figurar como primer mandatario, desde el momento en que entregaba a una facción la insignia de mando.

Así se ha ido comentando, desde el 19 de abril de 1810, un incidente que no tuvo nada de ruin, nada de faccioso y descompuesto, y sí mucho de respetuoso y de digno. Salías, ciudadano pacífico y de familia distinguida, no tuvo necesidad de amagar a nadie con puñal, pues las armas de que se valió fueron el respeto y la compostura. Ni Díaz, ni Torrente fueron testigos del suceso. Díaz en su narración no califica a Salías; pero Torrente, que copia a su mecenas, apostrofa a Salías con el dictado de desaforado. La narración del oidor Martínez es más exacta que las precedentes, pues se limita a referir el hecho, sin epítetos y sin puñales. La narración de Ducoudray es una con­fusión de incidentes. La discusión que tuvo horas más tarde el canónigo Cor­tés Madariaga con el gobernador, discusión que dio por resultado la caída de los principales empleados y de la Audiencia, la anticipa aquel historiador y la agrega al incidente de Salías. Confundió los informes que obtuviera.

El relato de Baralt y Díaz, que copia Restrepo, sólo tiene de censura­ble el que de un patricio tan conocido como era Francisco Salías, se dijera un hombre llamado Francisco Salías; lo que equivalía a decir, un desco­nocido. En este particular, el historiador Díaz es más justo, pues coloca a Francisco Salías al nivel de los demás conjurados, sin despojarlo de su carácter de revolucionario.

Salias no agarró por el brazo al gobernador, ni hubo necesidad de esto, ni de amagos. Salias se insinuó, manifestó el deseo general y triunfó, sin necesidad de amenazas ni tropelías. Tampoco le despojó del bastón de Mariscal, pues Emparan tornó con él al cabildo, con él pasó su detención de pocos días y con él se embarcó. Las frases arrancó el bastón, le despojó de la insignia de mando, son figuradas y sólo así deben admitirse.

Dos incidentes providenciales abren la revolución del 19 de abril de 1810: el incidente Salias y el incidente Cortés Madariaga; sin estos la revo­lución habría fracasado.”

Tomado del libro de su autoría "Orígenes Venezolanos” Fundación Biblioteca Ayacucho Caracas. 2008


Semana Bolivariana

       El 15 de Febrero de cada año se inicia la Semana Bolivariana, según decreto presidencial Nº 542, del 15 de Febrero de 1971.Se escogió esa fecha porque el 15 de Febrero de 1819 Simón Bolívar pronunció su célebre discurso ante el Congreso de Angostura. Presenta su Mensaje y un Proyecto de Constitución, un Mensaje que es un resumen filosófico, político y sociológico, una de sus piezas más brillantes de su copiosa producción escrita.

La Semana Bolivariana tiene como finalidad engrandecer la figura del Libertador, estudiar su actuación como patriota, como guerrero, como legislador y como simple ciudadano. Durante esta semana se realizan actividades en todos los planteles educativos, con el fin de conservar siempre presente su recuerdo. Entre las Instituciones que se unen para cumplir con este loable propósito se encuentra la Sociedad Bolivariana de Venezuela, que tiene filiales en 23 estados de Venezuela, en la mayoría de los países de América y otros países del mundo.

En el Municipio Carirubana existe la Sociedad Bolivariana desde el 29 de Octubre de 2010, cuando fue juramentada su Junta Directiva por el Coronel Arturo Castillo Máchez (+), principal promotor de la misma. Desde esa fecha se ha realizado un conjunto de actividades para dar cumplimiento a sus objetivos.

Para celebrar la Semana Bolivariana de este año 2012, se han planificado algunas actividades para desarrollar especialmente a nivel estudiantil; lo hacemos con muchas limitaciones pero con mucho entusiasmo porque el Padre de la Patria lo merece.

Aprovechamos para felicitar a aquellos docentes que hacen lo mismo en sus planteles a través de la Cátedra Bolivariana, y exhortamos respetuosamente a los que por algún motivo no lo hacen a sumarse a esta noble misión.

sábado, 21 de enero de 2012

José Palacios, "El fiel mayordomo del Libertador”


 José Palacios, esclavo libre, manumiso, negro barloventeño, cuyo apellido lo recibió de la familia Palacios y Blanco, formaba parte de  la servidumbre en la Casa Natal de Bolívar, cuando Doña María de la Concepción, madre de nuestro futuro Libertador le pediría antes de morir, en promesa, cuidara hasta el final de su vida, al recién nacido Simón José Antonio.

 La noble dama fallecería víctima de tuberculosis el 6 de julio de 1792, contando apenas 33 años de edad, mientras, su hijo Simón alcanzaba los nueve. Desde entonces, el negro José Palacios comienza a cumplir su promesa, siempre de forma activa, leal y sacrificada, para atender al niño, al joven, al adulto y al Libertador Simón Bolívar,  hasta su muerte prematura el 17 de diciembre de 1830. José Palacios  seis años mayor que Simón, era analfabeta, pero de memoria prodigiosa; le acompañaría durante largos 38 años como leal confidente, en buenos  o malos momentos, y también, en las desgracias. Juntos viajaron a Europa en 1803, continente de luces donde conocen ciudades, incluida Roma, la clásica e histórica urbe donde Bolívar lanzó a los cuatro vientos su inmortal Juramento en el Monte Sacro, el 15 de agosto de 1805. En 1807, visitan Estados Unidos de Norteamérica.

 Durante la Misión Diplomática encomendada a Bolívar por la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, nacida tras los sucesos del 19 de abril de 1810, le acompañó a Londres, junto a Andrés Bello y Luis López Méndez. El fiel mayordomo, de invalorable ayuda espiritual, acompañó al Héroe en momentos de fatalidad y de grandeza, por ello, estará en los destierros en Jamaica y Haití, así como también en las campañas emancipadoras en Venezuela, valiéndole alcanzar la jerarquía de sargento primero, en 1820. José acompañó al Campeón de la Libertad en la decisiva Campaña de Carabobo y al Sur del continente hacia Bogotá, Lima, Quito y La Paz.

Su afán por atender diligentemente a Bolívar se manifestaba por la pulcritud de su vestuario, correcta alimentación, vinos adecuados, perfumes y la seguridad ante todo, como mayordomo de plena confianza. En 1825, en Lima, administró la partida asignada por el gobierno peruano al Libertador.

El 25 de septiembre de 1828, la noche del atentado contra Bolívar en el Palacio San Carlos de Bogotá, los quebrantos de salud que sufría Palacios, le obligaron a alojarse en una instalación cercana, situación que le permitió mejor suerte que a los edecanes asesinados  la infausta noche. 

El 27 de abril de 1830, Bolívar decide renunciar a toda aspiración de mando; el 8 de mayo, al partir hacia Cartagena de Indias con pocas pertenencias y 17.000 pesos, intentaría fallidamente seguir la ruta Curazao-Jamaica-Londres, para atender su fatigada  salud.
 
De Cartagena se traslada junto a Palacios hasta Barranquilla, región costeña donde llegaba el 8 de noviembre. El poco dinero que utilizaría para su partida, Bolívar lo donaba a gente humilde durante la travesía. El Más Grande Hombre de América, no pudo emprender su viaje a Europa; a instancias del general Mariano Montilla debió ser atendido urgentemente a partir del 1ro de diciembre por el eminente farmaceuta francés Alejandro Próspero Reverend, debiendo ser trasladado a la hacienda San Pedro Alejandrino, propiedad del español Joaquín de Mier  y Benítez. 

El 10 de diciembre en horas de la noche, en momentos de lucidez, Bolívar emitía su Última Proclama y dictaba su Testamento, en cuyo punto octavo, dejaba a Palacios ocho mil pesos como "remuneración a sus constantes servicios"; los albaceas le entregaron en recompensa algunos utensilios de plata. El 16 de diciembre, ya en sus delirios febriles, la última persona a quien se dirigió Bolívar fue al fiel mayordomo: "Vámonos, vámonos, esta gente no nos quiere en esta tierra... lleven mi equipaje a bordo de la fragata", al referirse a una nave puesta a la orden para llevarlo a Las Antillas.

 El 17 de diciembre de 1830, siendo la 1:07 de la tarde, al exhalar su último aliento y convertirse en el caballero andante inmortal de la historia, en el reducido grupo que acompañaba al Padre de la Patria en sus últimos momentos, se encontraba el fiel mayordomo, sollozando en una esquina de la habitación; los asistentes le oyeron decir: "...se me murió el viejo...". El negro José, entrego el 22 de diciembre al albacea para su distribución: cuatro viejos baúles, medallas de oro y plata, algunas armas, condecoraciones,  documentos, manteles, partes de una gran vajilla y algunas onzas de oro. Pasado el velatorio y entierro en la Catedral de Santa Marta, Palacios se dirigió a Cartagena donde al gastar el dinero recibido, debió vivir en la indigencia.

 En diciembre de 1842, cuando llegaban a Caracas los restos del Libertador, el noble Palacios estuvo en la  ceremonia junto a la negra Matea.

 Así, cumplía a cabalidad, con nobleza, lealtad y sacrificio la promesa que, arrodillado hiciera, a Doña María de la Concepción Palacios.

Gral. de Bgda
Eumenes Fuguet Borregales (*)